martes, 3 de septiembre de 2013

Los ‘segundones’, a sacar brillo a la Corona de Europa

El EuroBasket de Eslovenia decidirá, como ocurre cada dos años, cual es la cantera europea de jugadores de baloncesto más en forma del momento. Sin embargo, las lesiones, la veteranía y los contratos NBA, entre otros motivos, han hecho que esta sea una de las ediciones del campeonato de selecciones con mayor número de bajas de renombre. De este modo, muchos de los equipos han tenido que rehacer sus esquemas, replantear sus expectativas y dar una vuelta de tuerca a su libro de jugadas, ya que, en muchos casos, serán los ‘segundones’, jugadores que otrora ocuparan un rol menos protagonista o jóvenes talentos en busca de su confirmación, quienes tendrán que tomar las riendas de sus equipos y reivindicar el brillo de la Corona de Europa, empañado sobre el papel por la cantidad y la entidad de las ausencias anunciadas.

Antes de que se lance el balón al aire, y a pesar de que las selecciones más potentes son las que más bajas de renombre presentan, apenas un pequeño grupo de equipos parece lo suficientemente fuerte, ya sea por juego, plantilla o dinámica en los últimos campeonatos, como para luchar por las medallas. España, como defensora del título y a pesar de que los MVP de los pasados EuroBasket, Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, no sean de la partida, y Francia, uno de los equipos más físicos y finalista hace dos años, son los que parten con más posibilidades, aunque la habitual competitividad de las escuadras griega y lituana puede acercar el oro a estos lugares. Además, Eslovenia puede intentar estrenarse en el medallero de la competición aprovechando su condición de anfitrión, mientras que Croacia parece estar lista para poner fin a su continua reconstrucción y a la sequía de perseas que dura ya desde 1995. La siempre competitiva Grecia también llega dispuesta a plantar batalla con un equipo que incluye a varios de los dominadores de las dos últimas ediciones de la Euroliga y una plantilla de jugadores batalladores y con oficio.

Los equipos. Grupo A
Francia se presenta en esta ocasión con un equipo algo mermado en lo que a su juego interior se refiere, aunque no parece que las piezas de recambio vayan a reducir mucho la capacidad atlética y las posibilidades de juego rápido y con alternativas en el ataque. Sin Joakim Noah, Kevin Seraphin, Ali Traoré, Ronnie Turiaf y Ian Mahinmi, la pintura será organizada por el capitán, Boris Diaw, que será el encargado de moldear a los ‘nuevos’ (Alex Ajinça, Joffrey Lauvergne y Johan Petro) para que puedan desempeñar las funciones de los que ahora faltan. Los líderes sobre la pista estarán, sin embargo, fuera de la línea de tres puntos, con Tony Parker como catalizador principal del juego, Mickael Gelabale y Nicolas Batum aprovechando su superioridad física en ambos lados de la cancha y Nando de Colo como referencia indiscutible de una segunda unidad francesa, que contará con la dirección de Thomas Heurtel y el músculo de Florent Pietrus y de Charles Kahudi.

El caso de las bajas se ceba especialmente con el equipo de Gran Bretaña, ya que gran parte de sus posibilidades de mejorar en algo su anterior participación pasaban por la presencia de Luol Deng y de un juego interior nada desdeñable con jugadores como Joel Freeland, Pops Mensah-Bonsu y, en menor medida, el retirado Robert Archibald y el lesionado Daniel Clark. Devon Van Oostrum y Kieron Achara tratarán de echarse a la espalda un equipo que, a priori, no cuenta con los mimbres necesarios para competir en condiciones.

Tal y como ocurre en el caso británico, las exiguas posibilidades de llegar a algo de una selección de Alemania cada vez más mermada pasaban por la participación de sus jugadores NBA. Pero sin Dirk Nowitzki ni Chris Kaman y una plantilla cada vez más renovada debido a la retirada de algunos viejos rockeros que protagonizaron los buenos resultados de la década anterior, los germanos no han de hacerse muchas ilusiones. Se trata de un equipo joven y muy voluntarioso, pero al que le falta algo de velocidad a la hora de ejecutar los sistemas y algunas de esas pillerías que te dan los años. Heiko Schaffartzik, seguramente desplazado a la posición de escolta para aprovechar su capacidad anotadora, y Tibor Pleiss en la pintura serán las dos referencias de un equipo que puede dar alguna alegría a su país en los próximos años (y una muy grande si la cantera teutona alumbrara un nuevo Nowitzki).

Tanto Ucrania como Bélgica pueden conformarse con el premio de estar incluidas en el torneo final del Eurobasket, aunque el nivel de clase media-baja del grupo puede hacer que se cuelen en la segunda ronda. Los bálticos se presentan con la intención de correr o, al menos, jugar lo más rápido posible. Para ello, cuenta con el nacionalizado Pooh Jeter, que dirigirá el juego de los ucranianos, y el tirador impenitente Sergii Gladyr, máximo anotador del equipo, aunque adolece de bajas en un juego interior que, ya de por sí, no era demasiado impresionante. Los belgas, por su parte, dejarán el juego en manos de Axel Hervelle, Maxime De Zeeuw y Sam Van Rossom, aportando pocas alternativas más, aunque puede que suficiente para asustar a alguno de los equipos del grupo.

Israel es la principal incógnita del grupo. Por nombres, esta plantilla no debería tener ningún problema para pasar la primera ronda y, una vez en el segundo grupo, empezar a soñar con meterse en las eliminatorias. Sin embargo, la endeblez de su juego, una cierta improvisación en sus formas y un juego interior bastante corto pueden hacer florecer las dudas, sobre todo si aparece alguna derrota inesperada. Omar Casspi está llamado a ser la referencia en un equipo en el que Yogev Ohayon dirige, el nacionalizado Alex Tyus guarda la pintura, Guy Pnini tira y Lior Eliyahu se reserva los momentos de inspiración.

Grupo B
Lituania y Serbia son las dos selecciones que deberían dominar este grupo, si bien cada una de ellas se encuentra en un momento distinto. Los bálticos presentan a sus estrellas con cartel NBA y generosas en centímetros, Linas Kleiza, Donatas Montejunas y Jonas Valanciunas, como principales baluartes, junto a un equipo en el que hay unas cuantas caras nuevas, algunas piezas talentosas con experiencia y peso en la selección, como Mantas Kalnietis y Martynas Pocius, y un frontcourt curtido en mil batallas, con los hermanos Lavrinovic y Robertas Javtokas. Puede echarse de menos ese liderazgo, más ‘mediterráneo’ que báltico, de Sarunas Jasikevicius, sobre todo en momentos de cierto atasco, así como la veteranía de otros habituales, aunque nadie puede dudar de la competitividad y la tradición baloncestística de Lituania, siempre seria y aspirante a todo.

El caso de los balcánicos es distinto. El seleccionador Dusan Ivkovic ha iniciado el enésimo relevo generacional de Serbia. Nenad Krstic es el jugador con más galones y gran parte del juego orbitará a su alrededor, mientras que Stefan Markovic y Nemanja Bjelica tendrán que dar un paso al frente dentro de la comandancia de la selección. Y es que, con una convocatoria de jugadores de entre 19 y 22 años, las bajas repentinas de Vladimir Lucic y Milos Teodosic parecen un poco más graves. A pesar de que el potencial de la selección parece reducirse si se compara con las plantillas de otros campeonatos, que contaban con piezas muy versátiles como Marko Keselj, Novica Velickovic o Dusko Savanovic, no hay que dudar de la capacidad de motivación y dirección de Ivkovic, de la experiencia de los tres ‘viejos’ de esta selección y del inagotable talento y los extraordinarios resultados del método de trabajo de la cantera balcánica. Ya en 2009, con un equipo formado por jugadores casi imberbes, se plantaron en la final y derrotaron a la futura campeona, España, en el primer partido.

La tercera plaza del grupo se disputará principalmente entre las otras tres selecciones balcánicas del grupo. Así, Macedonia intentará volver a sorprender con el juego aguerrido y los arranques de talento de Bo McCalebb que le llevaron a las semifinales en 2011. La estructura del equipo sigue siendo la misma, con Pero Antic como segundo espada, y su carácter al saltar a la pista también, aunque puede que el factor sorpresa de hace dos años ya no les valga. Por su parte, Montenegro tendrá que hacer fuerte su juego interior, su principal baza a pesar de la baja de Nikola Pekovic, e intentar minimizar las carencias en el perímetro. Bosnia Herzegovina parece el rival más débil del grupo balcánico, aunque una buena racha de Mirza Teletovic, máximo anotador del equipo, o el esperado salto de calidad de Nihad Djedovic podrían dar alguna que otra sorpresa a sus contendientes, todo ello al ritmo que marque el base nacionalizado Zach Wright.

El último contendiente en este grupo es Letonia, que seguramente sea uno de los sacrificados en la primera fase. Sin Andris Biedrins, jugador en franca decadencia en su carrera NBA, el juego letón resulta un tanto previsible, siempre buscando a Kaspars Berzins en el interior o a Janis Blums en el exterior. La sorpresa puede llegar de la mano de Janis Strelnieks, un base joven que ganará protagonismo en la rotación y que puede intentar imprimir algo de frescura al juego de su selección.

Grupo C
Se prevé que España sea el dominador de este grupo. Sin Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, líderes sobre la pista de este equipo, le toca a sus sustitutos naturales dar un paso adelante. Marc Gasol ya lo está haciendo, a pesar de que su juego no es tan efectivo en ataque como el de su hermano, aunque sí más dado a la ayuda a los compañeros en ambos lados de la pista. Rudy Fernández, por su parte, no termina de ser el jugador total al que se lleva esperando casi un lustro, aunque sin duda cumple con buena actitud defensiva y rachas irregulares de acierto anotador, quizás el mayor de los problemas que puede presentar la selección. Y es que, salvo por la sobriedad de José Manuel Calderón, el ordenado caos de Sergio Rodríguez, en ocasiones malinterpretado por sus compañeros, y las aportaciones ocasionales de Álex Mumbrú y Fernando San Emeterio, el juego de España en ocasiones parece abocado a las ráfagas de inspiración de los jugadores. Ricky Rubio puede parecer el mejor base del mundo o un aprendiz con apenas unos segundos de diferencia, Sergi Llull rema muy bien a favor de corriente pero le falta cierto carácter para echarse el equipo a las espaldas en momentos malos, Germán Gabriel necesita más minutos de los que va a disponer para ofrecer lo mejor de su juego y Víctor Claver sigue haciendo esperar su mejor versión, esa que se deduce de sus inmejorables condiciones para este deporte pero que, quizás por falta de sangre competitiva, nunca se ha llegado a ver.

Croacia y Eslovenia se encuentran en un punto de inflexión importante. Por un lado, los dálmatas parecen presentar un equipo sin demasiadas fisuras por primera vez desde los tiempos gloriosos de Petrovic, Kukoc y Radja, aunque evidentemente este nivel es difícil de alcanzar. En esta ocasión, el referente interior es Ante Tomic, muy mejorado después de su primera temporada en Barcelona, mientras que la amenaza exterior pasa por Roko Leni Ukic, todo ello con la inestimable ayuda de Bojan Bogdanovic, que puede ejercer como jugador total desde la posición de alero. Además, la rotación no se antoja precisamente corta, por lo que jugadores como Luka Zoric, Luksa Andric y Damir Markota en la pintura y Dontaye Draper y Krunoslav Simon en el perímetro van a ser de gran ayuda en el conjunto de Jasmin Repesa.

Eslovenia, por su parte, está viendo como una de sus generaciones de más calidad va envejeciendo. Beno Udrih renuncia a la selección, como suele ser habitual, pero Maljkovic no podía contar a priori con la baja de Erazem Lorbek, una de las referencias dentro del vestuario y encima del parqué. De este modo, Goran Dragic marcará el estado de salud del juego esloveno, siempre apoyado por jugadores con oficio, como Jaka Lakovic y Uros Slokar, y el genio y la polivalencia de Bostjan Nachbar. En la pintura, un importante termómetro de hasta donde puede llegar Eslovenia en las eliminatorias está en las actuaciones de Mirza Begic, que debe demostrar que está a la altura del contrato que acaba de firmar.

El grupo se completa con una República Checa aún inmersa en un relevo generacional entre los veteranos Jiri Welsch y Lubos Barton, que han mutado su papel en el equipo con el paso de los años, y los jóvenes Tomas Satoransky y Jan Vesely, la estrela absoluta de este combinado; una Polonia que intentará imponer los centímetros y la fuerza de jugadores como Maciej Lampe, Marcin Gortat y Michal Ignerski y saber usar con moderación los arrebatos anotadores del nacionalizado Thomas Kelati, y una Georgia que cuenta con jugadores desequilibrantes, como Manuchar Markoishvili y Ricky Hickman, y con oficio, como Victor Sanikidze y Giorgi Shermadini.

Grupo D
El último grupo es el de las incógnitas. Quitando a las dos selecciones nórdicas, Finlandia y Suecia, los otros cuatro equipos tienen posibilidades de hacerse un hueco en la segunda ronda e, incluso, en las eliminatorias, aunque deberán sobreponerse a diferentes problemas, desde las bajas que afectan a la gran mayoría de selecciones a periodios históricos difíciles en sus federaciones.

Parece que Grecia parte con cierta ventaja en este grupo. Hace ya varios campeonatos que no pueden contar con dos de las joyas más brillantes de su última generación dorada, Theo Papaloukas y Dimitris Diamantidis, por lo que se han habituado sobradamente a jugar sin ellos. El mariscal de campo es, sin duda, Vassilis Spanoulis, que se verá rodeado de un buen grupo de jugadores cumplidores y experimentados. Ioannis Boroussis será el referente en la pintura, donde también se darán cita Kaimakoglou, Mavrokefalidis, Printezis y Fotsis, mientras que por fuera estarán Michael Bramos como tirador especialista y Kostas Papanikolau y Stratos Perperoglou poniendo intensidad a ambos lados de la pista. Su principal defecto puede ser una cierta improvisación en algunos momentos del partido, mientras que uno de sus puntos fuertes será su competitividad sin límites, que hace que nunca dejen de agarrarse a la pista.

Turquía y Rusia parecen claros candidatos a pasar a la segunda ronda, aunque afrontan situaciones comprometidas. En el casi de los otomanos, el segundo puesto en el MundoBasket de 2010 queda ya lejano y, a pesar de poder contar con sus principales estrellas, no parece un equipo tan temible como en anteriores ocasiones, sobre todo al haber perdido algunas piezas de cierto valor en los puestos de base y escolta. Ersan Ilyasova deberá dar un paso al frente, ya que Hedo Turkoglu ya no está para liderar el ataque durante todo el partido. Su sucesor natural, Emir Preldzic, también deberá dar un golpe sobre la mesa. Por dentro, centímetros y mala lecha hay de sobra, con jugadores como Omer Asik, Semih Erden, Oguz Savas y Kerem Gonlum.

La situación de Rusia parece aún mas complicada por la dimensión de sus bajas, sobre todo en la pintura (Kirilenko, Khryapa, Mozgof, Kaun), y por el rocambolesco caso vivido pro su federación y su cuerpo técnico, con la dimisión prácticamente obligada de Fotis Katsikaris a apenas unos días de la concentración. Sea como fuera, el equipo cuenta con algunos de los jugadores que fueron importantes para la consecución de la medalla de bronce en los JJ.OO. de Londres, tales como el talentoso base Alexey Shved, el tirador impenitente Vitali Fridzon o la polivalente figura de Sergey Monya. Las ausencias hacen un poco más complicada la alineación interior, para la que se ha recuperado a un viejo rockero, Alexey Savrasenko.

De este río revuelto puede beneficiarse Italia. Su momento no es el mejor, con dos de sus principales estrellas, Andrea Bargnani y Danilo Gallinari, en el dique seco por lesión y a la espera de la llegada de la prometedora generación de Amadeo Della Valle, campeona del Europeo Sub20 de este mismo año. De este modo, Marco Bellinelli queda como único capitán del barco, y no lo tendrá fácil en un equipo que también acusará algunas bajas no NBA. Para ayudarle, el base nacionalizado Travis Diener, el alero Luigi Datome y, por dentro, Marco Cusin.

Completan el grupo las dos selecciones nórdicas, que pocas opciones tienen de pasar a la siguiente ronda, salvo que consigan dar alguna sorpresa a estos equipos en dificultades. Suecia parte con Jonas Jerebko como estrella indiscutible, aunque tendrá que dejar algo de brillo para el joven alero Jeffery Taylor. Finlandia, por su parte, confiará en la creatividad en ataque de Peteri Koponen, que estará bien secundado en la dirección por Teemu Rannikko. Por dentro, gran parte de los minutos y de los balones serán para el nacionalizado Gerld Lee, que tendrá la ayuda del veteranísimo Hanno Möttölä.

Enlaces de interés:
Toda la información oficial del torneo, en la página www.eurobasket2013.org

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