viernes, 22 de junio de 2012

La veteranía es un grado


Después de cinco partidos, las Finales de la NBA ha terminado mostrando la gran diferencia de ‘cocción’ entre un equipo y otro y, sobre todo, enseñando algunas de las grandezas y las miserias que esconde la autodenominada mejor liga del mundo. Y es que ni el juego en equipo de Oklahoma City Thunder era tan colectivo ni el éxito fácil de Miami Heat y sus superestrellas estaba exento de una cierta cantidad de trabajo. Al final, segundo anillo para los de Florida y un “sigue buscando” para los del Mid West.

El desarrollo de las Finales, así como de muchos de sus partidos, puede sintetizarse en que los Thunder salieron con muchas ganas pero Miami demostró más oficio, más efectividad y algo más de orden, lo que terminó reflejándose en el 1-4 con que se ha resuelto la serie. De este modo, el primer partido en Oklahoma se decantó del lado de los locales por una diferencia de 11 puntos. Sin embargo, en los siguientes encuentros cayeron en la dinámica de remar hasta quedarse sin fuerzas para terminar muriendo en la orilla. Y es que los Thunder han tenido importantes ventajas en todos los partidos, con máximas de hasta 18 puntos, que han dejado escapar presionados por un equipo mucho más ordenado en defensa y con ideas más claras en ataque. Finalmente, el quinto y definitivo partido no tuvo historia y los Heat se mostraron decididos a ganarlo desde el principio, acabando con la mayor diferencia de toda la serie, 15 puntos.

Ambos equipos han denotado una gran dependencia de sus jugadores titulares, con rotaciones de apenas ocho jugadores con minutos de relevancia en la pista. Prácticamente jugando los partidos completos, LeBron James ha demostrado su paso adelante como jugador, mucho más maduro y trabajador que en anteriores temporadas, firmando medias de 28,6 puntos, 10,2 rebotes y más de 7 asistencias por partido, números más que de MVP, ganando por la mano a un Kevin Durant más fino de cara a canasta (30,6 puntos) pero con menos incidencia en el resto de facetas del juego. El resto del “Big Three” ha rayado a un buen nivel, y tanto Dwayne Wade (22,6 puntos, 6 rebotes y 5,2 asistencias) y Chris Bosh (14,6 puntos y 9,4 rebotes) han contribuido a la victoria de los Heat.

Por su parte, los Thunder han echado en falta algo más de rendimiento de algunos de sus jugadores importantes. Así, al margen de Durant, ninguno ha sabido llevar a cabo el sobreesfuerzo que se espera de uno en unas Finales. Cierto es que Russell Westbrook ha firmado unas medias aceptables, con 27 puntos y 6,6 asistencias, y el record anotador de la serie con 43 puntos en el cuarto encuentro, pero ha necesitado gastar demasiados tiros (más de treinta en algunos partidos) y minutos con el balón en las manos para conseguirlo, algo que no le viene bien al juego eléctrico y electrizante de Oklahoma. Por su parte Serge Ibaka ha mantenido sus discretos números de toda la temporada, aunque tampoco ha faltado a su cita con el trabajo sucio bajo el aro, mientras que James Harden solamente ha podido dar muestras de su clase en el segundo y en el último partido, con 21 y 19 puntos respectivamente, aunque no se ha olvidado de otras facetas menos visibles como la dirección del equipo, la defensa o el rebote.

En este escenario de superestrellas en acción, Miami Heat ha conseguido sacar un mayor rendimiento a sus secundarios, que en todos los partidos han cumplido con su trabajo y, cada uno en el que le ha tocado, ha aportado un porquito más. Así, Udonis Haslem salió de titular en el primer encuentro, a la espera de que Bosh se recuperara del todo, consiguiendo once rebotes en un partido en el que Shane Battier llegó a los 17 puntos, cifra que repetiría en la segunda cita en Oklahoma. Más adelante en la serie, fueron Mario Chalmers, con 25 puntos en el cuatro enfrentamiento, y Mike Miller, con 23 en el definitivo, los que se sumaron a la fiesta. En el caso de Oklahoma City Thunder, la aportación de los secundarios ha sido mínima, a excepción del trabajo defensivo y callado de Thabo Sefolosha, al que le tocó bailar con las más feas de la Liga. El veterano Derek Fisher intentó sin suerte poner algo de orden en un equipo acostumbrado a correr sin mirar atrás, mientras que Kendrick Perkins y Nick Collison tuvieron que lidiar con la irregularidad de minutos y balones durante toda la serie, lo que ha afectado a sus registros finales.

Así, a pesar de las ganas, de la presunta superioridad de su juego interior y de una cierta mejora en defensa, Oklahoma City Thunder, los finalistas por sorpresa dada la juventud de su plantilla y, sobre todo, de sus estrellas, han sucumbido ante un equipo más cuajado, con más experiencia en este tipo de partidos y que, a pesar de la falta de algunas piezas para poder completar la rotación, sobre todo interior, ha sabido sacar buen partido a lo que tenía.

miércoles, 20 de junio de 2012

Sin novedades, ¿sin cambios?

Sergio Scariolo ya ha hecho pública la lista de jugadores que tratarán de revalidar la medalla de plata conseguida en Pekín en 2008 en el Torneo Olímpico de baloncesto de Londres. El ‘roster’ de ‘la Roja’ de la ‘pelota gorda’ no ofrece novedades con respecto a las últimas convocatorias del seleccionador italiano, por lo que seguramente el aficionado tampoco vaya a llevarse la sorpresa de una mejora en el juego que la Selección Española de baloncesto vaya a presentar dentro de un mes, cuando empiece la competición.

De este modo, la ofensiva española va a basarse una vez más en el surtimiento de balones a Pau Gasol y, en menor medida, Marc Gasol y puede que Serge Ibaka, algo más intenso y metido en la dinámica del equipo nacional que el pasado año. Cargando el juego interior, se esperará a que las defensas se cierren y se surtan balones a Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández como fiables tiradores de tres puntos. Además, algunos contraataques en los momentos en que se decida intensificar la defensa. En resumen, un juego predecible pero efectivo dada la talla de sus protagonistas, el mismo que se ha puesto en marcha la Selección desde hace varios años, con las honrosas excepciones del trienio 2006-2008 (Mundial de Japón, Eurobasket de Madrid y Olimpiadas de Pekín).

Sin embargo, la lista de Scariolo, con trece nombres para concretar la selección de doce jugadores, presenta una importante novedad y, sobre todo, algunas incógnitas que pueden modificar sensiblemente el planteamiento nacional.

El cambio principal se debe a la baja de Ricky Rubio como director de juego reserva, puesto que ocupa Sergio Rodríguez, que vuelve a la selección siete años después del meritorio Mundial que le abrió la puerta de la NBA y del discreto Eurobasket posterior. Y es que el Chacho ya no es el chaval de 19 años condenado al ostracismo del equipo nacional por su falta de minutos y de su propio club por la desacertada marcha precoz a la liga americana, sino el timonel más fiable de un Real Madrid que ha ofrecido un juego atractivo y efectivo durante todo el año y ha disputado la Final de la ACB al hasta ahora todopoderoso Barça con un peso cada vez más importante del base canario en ambos lados del campo.

En cuanto a las incógnitas, la principal va a ser el estado físico de Juan Carlos Navarro y de Rudy Fernández. El catalán llega después de una larga temporada en la que ha ido encadenando problemas físicos que no han terminado de cicatrizar, el último de ellos una fascitis plantar, a lo que se suma el brevísimo descanso que este año hay entre el final de la competición doméstica y el inicio de las Olimpiadas. Por su parte, la convocatoria de Rudy ha sido casi un capricho de Scariolo, que ha preferido no devanarse los sesos buscando a un sustituto y llamar a un jugador que llevar más de media temporada sin jugar por una delicada operación en la espalda (hernia discal) y que, a apenas unos días del inicio de los entrenamientos, no ha tocado siquiera un balón de baloncesto. La idea es que ambos puedan mostrar un nivel mínimamente digno de cara a las Olimpiadas y, de no consumarse alguna de estas recuperaciones, espera en la recámara Rafa Martínez, convocado como invitado, o puede que llegue la hora de Fernando San Emeterio, convidado de piedra en las últimas convocatorias.

Otras incógnitas de menor peso son el estado de forma de Víctor Claver, también afectado por una lesión durante una parte importante de la temporada, o el posible cansancio arrastrado por Ibaka, cuya temporada podría prolongarse hasta el 26 de junio, un mes antes del comienzo de la competición olímpica.

Por otro lado, la convocatoria mantiene algunos interrogantes de años anteriores y soluciona otras dudas. Por ejemplo, por fin conocemos cuál será el papel de Sergi Llull en la Selección, convocado como escolta y no como un híbrido que dificultaba al aficionado hacerse una idea de las rotaciones. Por el contrario, sigue sin haber soluciones para los posibles enfrentamientos con aleros altos o con equipos que carguen el rebote ofensivo (Carlos Suárez se despidió de la Selección el año pasado por un enfado más que razonable), entre otras debilidades que irán desvelando los partidos de preparación.

La ‘segunda unidad’
Una de las novedades implementadas este año con el fin de organizar de forma distinta y más intensa los entrenamientos, además de para ir metiendo en dinámica de Selección a otros jugadores jóvenes, es la convocatoria del equipo España 2014, ‘sparring’ de lujo para que los partidos de prueba y los ensayos de nuevos sistemas.

Esta costumbre de convocar a un ‘roster’ más amplio de jugadores seleccionables es muy habitual en otras selecciones, tanto europeas como americanas, casos como Grecia, Serbia o Estados Unidos. En algunos casos, las primeras listas llegan incluso a la cuarentena de jugadores y, según se van desarrollando los entrenamientos y se comprueba el estado físico, de forma y de madurez, se va excluyendo a unos u otros para dejar a los doce elegidos. En este caso, Scariolo no parece muy dispuesto a cambiar de opinión de la plantilla al margen de lo que pase en la cancha, sino que estos quince jugadores no tienen más que una mera función de ‘aparatos de gimnasio’ para las estrellas del combinado nacional.

lunes, 18 de junio de 2012

De experiencia y deseo

La final de la Liga ACB de baloncesto se ha resuelto con el ganador más esperado en la mayor parte de los pronósticos, aunque no de la manera que muchos podían vaticinar. Los ‘futboleros’ han protagonizado una serie marcada por la igualdad y el gran nivel baloncestístico y en la que han destacado las ganas del Real Madrid, hambriento de títulos después de una época dorada de su gran rival. Finalmente, el deseo, compartido por ambos contendientes, y la experiencia, patrimonio del Barça, han sido la tónica que ha marcado el desarrollo de una serie emocionante y de gran nivel.

De este modo, después de cinco partidos, se puede concluir que los madrileños han impuesto su baloncesto durante más minutos a lo largo de la serie, si bien el Regal Barça se ha mostrado más competitivo y acertado en los momentos más calientes de los partidos. El Real Madrid ha presentado una buena defensa que ha conseguido reducir la efectividad de los barceloneses de cara a canasta, mientras que su tendencia a abusar del triple en los ataques estáticos se ha visto favorecido por grandes porcentajes. El Barça, por su parte, se ha encomendado a sus grandes baluartes ofensivos y al juego directo propio de Navarro y Marcelino Huertas para resolver los momentos complicados.

Buen ejemplo de ello fue el primer duelo. El Madrid se presentó en el Palau dispuesto a asaltar la cancha blaugrana y consiguió rentas importantes, de hasta 17 puntos. Sin embargo, hubo toque de atención y exigencia de que, al menos, había que intentar no perder el ‘factor cancha’ tan pronto, algo que acabó con una de esas jugadas mágicas que pueblan el deporte de la ‘pelota gorda’ y que poco tienen que ver con el frío análisis de sistemas y estadística, el triple de Marcelinho Huertas desde más de diez metros, a una pierna, en carrera y sobre la bocina para más ‘inri’.

La historia fue la misma pero al revés en el segundo encuentro. El Barça salió dispuesto a no dejarse sorprender de nuevo, a imponer su juego y a controlar el partido, pero los blancos se mostraron respondones en el último cuarto y terminaron decantando el partido a su favor.


Con 1-1 y la serie en Madrid para dos partidos, los aspirantes lo veían todo a favor, sobre todo después de mostrarse muy superiores al Barça en el tercer choque con una diferencia de 26 puntos, superior en el marcador a lo que se vio en la cancha. Ese fue el momento definitorio de la final, ya que el Madrid debía demostrar que sabe ganar y no le pesaban los nervios y el Barça encomendarse a la experiencia de sus hombres para no sucumbir en campo rival. Y pasó lo segundo, con los blaugrana haciendo un partido muy serio, sin fisuras, con variantes defensivas que sorprendieron a sus rivales y consiguieron detener el vendaval blanco de los anteriores encuentros.

Así llegaron al desenlace de la tarde del sábado. De vuelta en casa, el Barça no quiso sorpresas y planteó un partido en el que debían llevar al iniciativa, de modo que, una vez consiguieron una ligera ventaja, la mantuvieron durante todo el encuentro. Hubo arreones blancos y momentos de corta ventaja, pero el partido no pareció peligrar demasiado en ningún momento. Juego, set y partido para los catalanes, que se imponían en gran parte gracias al toque de atención que supuso la amplia derrota en el tercer partido, a la que se sobrepusieron con una buena dosis de fuerza mental.

Uno por uno
Los principales protagonistas de la serie han sido la clase infinita de Erazem Lorbek, convertido en el principal referente ofensivo del Barça y MVP de la serie, y la competitividad, en ocasiones desmedida, de Pete Mickael, jugador al que le gustan estos partidos. Por su parte, un maltrecho Navarro ha ejercido de líder en la cancha y en el banquillo, aunque no haya rayado a su mejor nivel. Cabe destacar la ‘incomparecencia’ de Chuck Eidson, del que se esperaba más dado su rendimiento en la temporada, y las intermitentes aportaciones de Fran Vázquez, sobre todo en el último partido, y Marcelinho, especialista en desatascar situaciones comprometidas.

Por parte del Madrid, el mérito está muy repartido y casi todos los jugadores han encontrado un buen nivel en esta final. Sergio Rodríguez se ha encargado de poner algo de cordura y pases imposibles en algunos momentos apretados, mientras que Sergi Llull ha vuelto a demostrar que es un escolta al que se le obliga a subir el balón. Completando el ‘trío estudiantil’, Felipe Reyes ha vuelto a aportar intensidad, mientras que Carlos Suárez se ha disfrazado del otro Carlos, Jiménez, para aportar rebote y defensa en un trabajo callado. Los puntos los han puesto entre Jaycee Carroll, Ante Tomic, Kyle Singler y Nicola Mirotic, que ha dejado en el banquillo al que sacara las castañas del fuego al Madrid en la serie de semifinales, Novica Velickovic.

Cuestión de audiencias
La enésima final de los ‘futboleros’, aunque la primera en los últimos años, ha sido la de mayor seguimiento desde hace más de una década, con audiencias cercanas a los dos millones de espectadores en la mayoría de los partidos. La excesiva focalización de la atención mediática en la rivalidad entre estos dos equipos en cualquier disciplina deportiva ha hecho cambiar los planes de las retransmisiones y de los propios equipos, pasando los partidos a La 1 en horario de ‘prime time’. Estos hechos abren un debate sobre si el modelo de explotación de la ACB es el correcto en lo referente a promoción, fechas y horarios de juego y derechos de televisión o sobre si al ciudadano español realmente le gusta el baloncesto o únicamente los Madrid-Barça, se jueguen con la pelota que se jueguen.

miércoles, 13 de junio de 2012

Deporte de ‘élites’


El baloncesto ha vuelto a darnos un nuevo ejemplo de que el deporte profesional, ese llamado de élite, tiene cada vez menos que ver con la competición y más con el mercado, convirtiéndose en algo elitista. El CB 1939 Canarias de Tenerife, más conocido como Iberostar Canarias, se ha visto obligado a renunciar a su plaza en la Liga ACB, la máxima competición nacional, y no ha pasado por sus malos resultados o por una gestión deportiva deficiente, sino por el vil metal.

La ACB exige siete millones de euros como aval para poder inscribirse en la Liga, una cantidad desorbitada para pequeños clubes que, a pesar de haber demostrado el nivel baloncestístico necesario en las canchas, no pueden generar tales ingresos sin sacrificios. Vaya, que muchos equipos destinan más dinero a estos avales que a pagar a su plantilla o, incluso, a la totalidad de los gastos propios de la actividad. De este modo, el deporte, no solamente el baloncesto sino muchas otras especialidades, se ve salpicado de concursos de acreedores, de desaparición de equipos y de otras situaciones que poco tienen que ver con los valores que se propugnan.

Se trata de una situación de competencia desleal, en la que los grandes clubes siempre van a tener sus puestos asegurados en las ligas más altas y en la que los equipos modestos ven más complicado aún progesar ya que gran parte de su patrimonio ha de destinarse a avales y cuestiones burocráticas en vez de a mejorar sus plantillas con nuevos jugadores más competitivos o entrenadores más experimentados.

De este modo, asistimos desde hace más de una década a una mercantilización del deporte en el que poco importa lo que se haga dentro del campo, ya que la cuenta de resultados puede hacer que se tambalee la situación deportiva. El del CB 1939 Canarias ha sido el último ejemplo, aunque también se ha visto como el CB Alicante ha tenido que lidiar con un concurso de acreedores, a pesar de lo cual ha firmado una de sus mejores campañas, o el Obradoiro aún no tiene claro cómo cerrar las cuentas para quedarse en la Liga Endesa. Anteriormente, hemos visto el descenso de varias categorías del CB Girona tras una temporada exitosa o el cierre de la Euroliga a otros equipos con la creación de una élite de equipos hace varios años.

Hay que plantearse si los aficionados y los clubes prefieren un modelo de negocio, que prime la gestión económica, o un modelo deportivo, que se preocupe de los resultados deportivos y de la pureza del juego. Si no, cualquier año terminaremos dando el título a aquel equipo con mayor presupuesto.

Sin tiempo de reacción
La renuncia del Iberostar Canarias a la máxima categoría supone que Estudiantes, penúltimo clasificado en la presente temporada, vuelva a la ACB. Se trata de una noticia a priori feliz para toda la familia estudiantil, entre la que me cuento, si bien puede que no sea la mejor solución a largo plazo. El club lleva varios años con serias dificultades en su gestión deportiva, coqueteando con el descenso y haciendo fichajes que no terminan de cuajar. A pesar de algunas participaciones en la Copa del Rey y los play-offs de la Liga ACB, Estudiantes no es lo que era e, incluso, ha tenido que recurrir a un concurso de acreedores, algo propio de una empresa cualquiera pero no de un club cuyo principal activo ha sido siempre su afición y su cantera.

De este modo, y a pesar de que seguir compitiendo en la élite sea el principal objetivo de la entidad, este ‘regalo’ está envenenado ya que no habrá tiempo para que el club vuelva a encontrar su identidad, para que la ilusión vuelva a brotar y que la gestión deportiva encuentra su camino. Se ha conseguido resucitar al enfermo, pero la afección principal va a seguir ahí si no se le deja descansar y recuperarse.

martes, 12 de junio de 2012

Una final "sin historia"




















La NBA inicia en unas horas una Final peculiar. Al margen de curiosidades como la temática climatológica de los equipos o el nombre en singular de ambos, ‘rara avis’ en el deporte norteamericano, Heat y Thunder protagonizarán una serie de franquicias de corta trayectoria en la Liga (ver Postdata), si bien bastante exitosa. Y es que ninguno de estos dos equipos existían cuando Larry Bird y Magic Jonson dieron relevancia mundial al campeonato baloncestístico estadounidense, ni mucho menos se enfrentaron a jugadores como “Dr. J” Erving, “Iceman” Gervin o el gigante Wilt Chamberlain, por citar algunos nombres, y solamente uno de ellos conoció la gran dominación que ejerció Michael Jordan en la Liga durante los años 90. De hecho, y dada su circunscripción en diferentes Conferencias, será el primer enfrentamiento en Play-Offs de estas franquicias, que no han jugado juntas ni en una veintena de ocasiones.

En cualquier caso, se trata de dos escuadras que, desde su irrupción en la Liga, han buscado su pronta incorporación al olimpo de los mejores equipos. Así, Miami Heat nació en la expansión de la Liga de la temporada 1988-89, deudora de la gran fama adquirida por el deporte de la ‘pelota gorda’ con el ‘showtime’ de los 80. Después de tres temporadas mejorando sus registros, los Heat consiguieron meterse en los Play-Offs en su cuarto año, si bien se vieron perjudicados por una Conferencia Este de lo más competitiva durante los 90, con equipos como Chicago Bulls, New York Knicks o Indiana Pacers. De ahí se forjó un carácter competitivo y una búsqueda de jugadores válidos que, después de veinte años de vida, ha concluido con la conformación del llamado “Big Three” de Wade, LeBron James y Chris Bosh.


Su historial en las eliminatorias de post-temporada ha sido irregular, si bien han conseguido llegar a las mismas en 16 ocasiones en sus 23 años de vida. Se ha visto en un total de cinco Finales de Conferencia, ganado tres de ellas, que le han valido sus tres presencias, incluida la de este año, en las Finales de la NBA. El balance por el momento es de 1-1, con un campeonato ganado y otro perdido, en ambos casos ante el mismos equipo, Dallas Mavericks, y por el mismo resultado, 4-2.

El caso de Oklahoma es aún más espectacular. Después de la desbandada de Seattle, el nuevo equipo se ha desprendido prácticamente de todas sus piezas en sus cuatro años de vida para hacerse con un ‘roster’ joven y de gran futuro, una plantilla que ha explotado incluso antes de lo que los propios gestores esperaban. Se trata de la cuarta temporada de vida de los Thunder y será su tercera presencia en las eliminatorias por el título. En su primera experiencia, fallaron en la primera ronda, mientras que el pasado año se mostraron más combativos y consiguieron llegar a la Final de Conferencia, aunque sin cruzarse con los mejores equipos. Finalmente, este han consumado la revolución de los ‘novatos’ y se han alzado a las Finales de la NBA demostrando una gran capacidad física aunque un cierto problema con la disciplina que supone el trabajo defensivo.

En lo balonestístico, los Heat deberán demostrar su mayor experiencia en este tipo de partidos y el carácter dominante de sus jugadores frente a una plantilla que se antoja más amplia, más joven y con un juego interior más potente y profundo. Por su parte, los Thunder deberán apretar un poco más en defensa ya que el “run and gun” no será suficiente frente a algunos de los mejores anotadores de la Liga y unos secundarios con gran efectividad en su trabajo, como Mario Chalmers o Udonis Haslem.

Postdata: Este artículo se basa en mi concepción de Oklahoma City Thunder como un equipo totalmente nuevo y no una continuación de Seattle SuperSonics, franquicia de largo recorrido, con un Anillo y tres Finales en su haber, e importante implantación social en esta ciudad que le fue robada a sus seguidores por cuestiones mercantiles y no deportivas. Creo que, con la mudanza a miles de kilómetros y el cambio de nombre, escudo y color, los nuevos propietarios de los antiguos Sonics dejaron clara su intención de romper con el pasado, a pesar de conservar a algunos de los jugadores de la escuadra de Seattle.

A modo de presentación

Como aficionado al baloncesto como dedicación a la que presto varias horas al día y como periodista de oficio, me he decidido a iniciar esta bitácora digital en la que poder escribir todos aquellos reportajes y artículos que siempre hubiese querido que llevaran mi firma. A lo largo del tiempo que dure este blog, iré desgranando cuestiones relativas a la actualidad, pero también realizaré análisis de juego, recuerdos históricos y repaso de anécdotas, todo ello en relación con la 'pelota gorda'.