La Copa del Mundo de la FIBA, que estrena denominación en
esta edición tras conocerse como Mundial, Mundobasket y Campeonato Mundial en
diferentes épocas desde su primera celebración en 1950, buscará el próximo mes
de septiembre al nuevo mejor equipo nacional del planeta, y lo hará en España,
en un total de seis sedes repartidas por todo el país.
El sorteo, celebrado este lunes en Barcelona, ha confirmado
las previsiones de la FIBA de que Estados Unidos y España, los dos principales
cabezas de serie para determinar el calendario, serán los favoritos y no se
cruzarían hasta una hipotética final. Sin embargo, selecciones como Francia,
Argentina o Lituania intentarán acercarse lo más posible al partido definitivo
y a las medallas. Y es que la suerte ha querido que uno de los cuadros del
torneo se vea mucho más cargados de candidatos a medalla que el otro, haciendo
más duro el camino de algunos de los equipos destinados a alcanzar cotas altas.
A pesar de ello, la primera ronda, en la que reclasifican para octavos de final
cuatro de los seis equipos encuadrados en cada grupo, no parece que vaya a ser
demasiado complicada para ninguno de los favoritos, salvo sorpresa mayúscula.
Además, a más de medio año para el inicio de la gran cita, muchos países aún no
saben con qué jugadores podrán contar, tanto en el caso de las
nacionalizaciones como de posibles lesiones o renuncias, mientras que también
podría haber algunos cambios en los banquillos de aquí al periodo de
convocatorias.
Así, en el grupo A, España no debería pasar penurias para
clasificarse, buscando poner la primera piedra de una nueva medalla, a ser
posible de oro como en Japón en 2006, para poner un buen broche a la mejor
generación baloncestística nacional. Sin embargo, los resultados en los
partidos contra una Serbia en constante renovación y con el debut de Shasha
Djordjevic en el banquillo; contra Brasil, invitado al torneo tras un FIBA
Américas decepcionante sin ninguna de sus estrellas del juego interior, y,
sobre todo, contra Francia, campeón del Eurobasket, determinarán la posición de
cada uno de ellos y, por tanto, los emparejamientos con los equipos del grupo B
de cara a la segunda fase. Egipto e Irán son los rivales más débiles de este
cuadro y la clasificación final puede depender de que alguna de estas dos
selecciones dé la sorpresa a los cuatro favoritos.
En el grupo B, Argentina intentará prolongar un torneo más a
su veterana Generación Dorada, que se enfrenta probablemente a su último
torneo, si bien el equipo liderado por Ginobili, Nocioni y Scola se nutrirá,
como el los torneos anteriores, de jóvenes promesas y otros jugadores
contrastados que, lamentablemente, no han llegado al nivel de sus antecesores.
La siempre competitiva Grecia; Puerto Rico, en constante renovación y búsqueda
de jóvenes talentos tanto dentro de la isla como en Estados Unidos; y Croacia,
que quiere ratificar el buen papel realizado en el Eurobasket de 2013, serán los
principales rivales para determinar los puestos de clasificación y, por tanto,
los cruces como en el grupo A. Igual que en el caso anterior, dos selecciones
parecen, en principio, convidados de piedra en el torneo, Senegal y Filipinas.
De este modo, cualquiera de los cruces que se presenta a los
clasificados de los dos primeros grupos, así como el camino hacia las medallas,
no parece que vaya a tener paradas sencillas para ninguno de los equipos en
liza.
En el otro lado del cuadro, la superioridad de Lituania y
EEUU en sus respectivos grupos y, probablemente, hasta las seminifinales, no
parece que vaya a tener demasiada discusión. En el grupo C, los
estadounidenses, dependiendo de la plantilla que finalmente presenten a la
competición (parece que Kevin Durant, Kevin Love y Stephen Curry serán de la
partida, mientras otras superestrellas como Lebrun James, Carmelo Anthony o
Kobe Bryant esperarán hasta los Juegos Olímpicos), tienen asegurado el primer
puesto. El resto de los clasificados se decidirán en una ardua competición
entre cinco equipos con argumentos suficientes para intentar colarse en la
siguiente fase. Turquía querrá repetir la medalla de plata del Mundobasket de
2010 y olvidar así el descalabro del pasado Eurobasket, mientras que, en el
caso contrario, Finlandia y Ucrania intentarán repetir las buenas sensaciones
de hace un año para colarse en las eliminatorias. Por su parte, Nueva Zelanda
siempre presenta equipos muy intensos y activos, aunque algo carentes de
talento en algunas posiciones, por lo que parece uno de los más débiles,
mientras que la República Dominicana intentará movilizar a sus jugadores NBA y
a las estrellas que juegan en Europa para armar un equipo con más peligro en
ataque que en defensa.
En el último grupo, el D, una de las naciones con más tradición
baloncestística, Lituania será la gran favorita, teniendo que medirse en los
primeros partidos con otra selección siempre competitiva, Eslovenia. Aparte de
las dos europeas, la sorprendente campeona del FIBA Américas, México, liderada
por Gustavo Ayón, y Australia, un país que siempre junta plantillas de cierta
calidad técnica, intentarán aprovechar la oportunidad de acercarse a las
eliminatorias dado el mejorable nivel de los dos equipos que completan el grupo,
Angola, habitual en las citas internacionales, y Corea del Sur.
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